
Ni en mi más remoto sueño había podido pensar en llegar a la Antártida, el continente blanco, los confines del mundo. Pero ahí estaba, una tarde de Marzo, en Ushuaia, el fin del mundo, parada con mi carry on y todos mis sueños en la valija, esperando abordar el SH Vega el crucero de Swan Hellenic que me llevaría directo a cumplir mi imaginable sueño.

Partimos rumbo a la Antártida a las 5pm. Sonaban las bocinas del crucero, nos despedíamos de la costa lentamente. En pocos minutos estaríamos navegando por el canal de Beagle para luego dirigirnos al cruce marítimo más peligroso del mundo. El Pasaje de Drake.

Todas las instalaciones del SH Vega están diseñadas para vivir una estadía de lujo. Los camarotes se destacan por su diseño y confort, sábanas blancas y suaves, room service, wifi, baño privado y mucho mucho más de lo que podrían llegar a soñar los antiguos exploradores, pioneros en viajar a la Antártida.








Las vistas desde el balcón es increíbles y la gastronomía a bordo de primer nivel.
En el crucero, las comidas siguen un ritmo marcado y constante para que siempre tengas algo rico a mano:
Además, durante todo el día el crucero mantiene el bar abierto, junto con pequeñas estaciones de snacks disponibles permanentemente para picar algo entre comidas.





7:30 AM suena el primer llamado, el zodiac está listo para transportar a los primeros exploradores que ya estamos preparados y desinfectados para desembarcar por primera vez en la Antártida, el continente blanco.
La desinfección de equipos en cruceros a la Antártida implica protocolos estrictos, que incluyen la limpieza previa, la pulverización de desinfectantes como el peróxido de hidrógeno, el uso de solución de amonio cuaternario y la desinfección de equipos de desembarco, como botas y chalecos. Se deben seguir pautas de bioseguridad rigurosas para prevenir la contaminación del ecosistema antártico y del interior del buque.

El primer pie en la tierra se siente como llegar a la luna. Lejos de todo, con un silencio tan inmenso que logra emitir sonido, a pocos metros logo visualizar una pequeña cabaña construida por un viajero hace casi 100 años atrás.





Los pinguinos papuas nos saludan y desde lejos logramos contemblar y documentar su magnífico comportamiento.
Los pingüinos papúa son la tercera especie más grande de la familia de los pingüinos, después de los pingüinos emperador y rey. Pertenecen a la familia de los pingüinos de cola de cepillo y están estrechamente emparentados con los pingüinos Adelia y barbijo.

Seguimos avanzando y los lobos de mar no tardan en recibirnos.
El lobo de mar antártico (Arctocephalus gazella) es una especie de mamífero marino que habita en las aguas frías de la Antártida y zonas subantárticas, como las islas Kerguelen, y se distingue por su pelaje grueso y aislante, orejas externas y hocico puntiagudo. Se diferencia de otras focas por tener orejas externas visibles y ser más ágil en tierra, y su dieta principal consiste en kril, peces y calamares.







Cada rincón del recorrido se vuelve completamente surrealista, los icebergs toman formas de animales y sus colores son de un celeste intenso, cristalino un espectáculo para la vista.




Lo más adorable que van a ver hoy. Una foca de weddell descansa sobre un iceberg mientras la fotografiamos a -15 grados.



Desembarcamos en la base Almirante Brown.



La base antártica Brown o base Brown es una estación estival de investigación de la Antártida que pertenece a la República Argentina. Se llamó estación científica Almirante Brown hasta la década de 1990, cuando su nombre fue modificado al actual. Está ubicada al pie de un morro de 70 m en la punta Proa de la península Sanavirón (Aldunate o Coughtrey), bahía Paraíso de la península Antártica, el cual es considerado como uno de los más bellos lugares en la Antártida. Prueba de su belleza y atractivo es la gran cantidad de afluencia de turismo al lugar, contabilizándose alrededor de un crucero turístico por día durante la época estival. El lugar corresponde a la costa Danco sobre el mar de Bellingshausen. En Puerto Paraíso los barcos que llegan al lugar son apoyados en su navegación por varias balizas argentinas ubicadas en: punta Proa, punta Vidt, punta Conesa, punta Piedras, y el faro de la isla Crámer.









Llegamos a la Isla decepción.
La isla es un gran volcán de aproximadamente 750.000 años de antigüedad, tiene forma de herradura y está formada por una caldera de unos 14 kilómetros de diámetro, que fue invadida por el mar.
Una Isla que ha sido tantas veces conquistada como abandonada. Cuando en la década delos sesenta Chile, Argentina, España y el Reino Unido se disputaban el territorio, dos erupciones volcánicas los expulsaron a todos. Fue la mejor manera de resolver un conflicto territorial para saber quién tenía la bandera nacional más grande sin contar con la aparición estelar de la naturaleza.
En la actualidad, varias estaciones científicas (entre ellas la base española Gabriel de Castilla) intentan descifrar si el futuro de Isla Decepción esté en el fondo del mar cuando el volcán vuelva a entrar en erupción tarde o temprano.





Más que un sueño cumplido. Nunca voy a olvidar mi viaje a la Anártida porque literalmente me cambio la vida. Todo lo que pasó en este viaje me sirvió como aprendizaje y trazo el camino hacia el momento presente que estoy viviendo, mientras escribo esta nota ocho meses después.
Gracias por viajar conmigo!
